mientras escuchaba cada una de las mesas redondas, y todo lo referente a lo expuesto en torno al haiku contemporáneo en nuestro idioma, para mí fue muy gratificante atestiguar que siempre habrá algo nuevo que aprender para enriquecerme en lo práctico y en lo espiritual. todo lo mencionado era tan familiar, pero tan fresco a la vez.
cada una de las ponencias dejó ecos profundos en mí. sin embargo, hubo una en especial, en la cual se mencionó ese vértigo que puede producir mirar el vasto cielo nocturno. supe que aunque estaba muy muy lejos de la tierra donde nací, estaba en el lugar indicado en el momento preciso. como un haiku...
el turno de mi participación fue como estar entre un campo de flores de una sola especie, pero con multiples colores. tal vez ya me quemé mis 5 minutos de fama jajajaja! una gran experiencia!!!
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